Existen diferentes razones que podrían afectar negativamente el desarrollo de la alimentación de un niño/a. A continuación, te detallamos algunos elementos. El objetivo es que como mamá, papá o cuidador primario puedas identificar cuál de estos podrían estar influyendo en tu peque.
Estrés durante la comida. El estrés puede disminuir el apetito de los niños. Es importante que durante los tiempos de comida no haya presión por comer, amenazas, chantajes o premios; pues estos pueden provocar que los niños se sientan estresados y no deseen participar durante los tiempos de comida. Ejemplo: “no puedes levantarte de la mesa hasta que te comas todo el brócoli” (presión), “si no te lo comes todo, no puedes ir al cumpleaños el fin de semana” (amenaza), y “si te comes toda la carne, te regalo un dulce” (chantaje). |
Disminución del apetito: entre el primer año y los 5 años es común que los niños pierdan un poco de apetito. Esto se debe a que en estas edades el crecimiento es más lento y se necesitan menos calorías. Mientras tengan un adecuado nivel de energía, su crecimiento y peso se estén desarrollando adecuadamente, lo más probable es que la pérdida de apetito sea parte del proceso natural. |
Es importante descartar que tu peque no esté sufriendo de estreñimiento, reflujo o alergias que podrían estar evitando que coma los alimentos, produciendo dolor, malestar o incomodidad. |
Los cambios de rutina, como el nacimiento de un hermanito o empezar el colegio, pueden impactar en los hábitos alimenticios de los niños, provocando que dejen de comer o coman menos. |
Inadecuada rutina de comida. Es importante establecer horarios y un lugar fijo en el que se brinda la alimentación. La falta de rutina puede afectar el ciclo de hambre y saciedad de los niños, provocando que no tengan hambre cuando se sirve la comida. Te recomendamos que establezcas un horario y una rutina para comer, esta puede incluir elementos como lavarse las manos antes de comer. |
El utilizar aparatos electrónicos durante la comida (por ejemplo, iPad o ver una película) provocan que los niños no presten atención a la comida; toda su atención es absorbida por el aparato electrónico. Esto puede ocasionar que, cuando no se tiene la pantalla, el niño/a no desee comer. Se recomienda eliminar por completo las pantallas durante la hora de la comida. |
La falta de variación y rotación de los alimentos puede provocar que los peques se acostumbren a comer los mismos alimentos en presentaciones concretas. Consecuentemente, cuando se les presenta un alimento diferente o nuevo, no desean probarlo. Presentar siempre los mismos alimentos también puede ocasionar que los peques se aburran y ya no quieran comer ese alimento. Por lo mismo, te recomendamos que siempre haya variedad y rotación de alimentos. |
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