Niña con expresión de desagrado mirando un brócoli en su tenedor, con un plato de verduras y un vaso de leche sobre la mesa.

Cuando un niño tiene dificultades con la alimentación, los padres suelen preocuparse y buscar soluciones. Sin embargo, la clave para mejorar la relación de los niños con la comida es enfocarse en el respeto y la exploración, sin presiones ni castigos. Aplicando estrategias adecuadas, podemos ayudarles a disfrutar la comida sin miedo ni ansiedad.

1. Eliminar la Presión Durante los Tiempos de Comida

La presión en la alimentación puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Castigar, premiar, amenazar o forzar a un niño a comer genera rechazo y disminuye su apetito de manera fisiológica (Booth, 1990; Marten, 1989). Algunos niños incluso desarrollan estrategias para evitar los momentos de comida, como fingir estar dormidos. Es crucial respetar cuando el niño indica “no” y permitir que regule su propia hambre sin intervenciones coercitivas.

2. Evitar Comer Frente a la Televisión

Comer mientras se mira la televisión impide que el niño preste atención a los alimentos, lo que puede dificultar su aceptación sin la presencia de la pantalla. Para favorecer una relación saludable con la comida, es recomendable establecer un ambiente tranquilo y libre de distracciones durante los tiempos de comida.

3. Involucrarlo en la Compra y Preparación de los Alimentos

Una forma efectiva de aumentar la aceptación de alimentos es involucrar al niño en la selección y preparación de los mismos. Invítalo a acompañarte al supermercado y permite que toque, cuente y coloque en el carrito alimentos que normalmente rechaza. Aprovecha este momento para describir los alimentos de forma sensorial: “Mira, el banano es amarillo y tiene una cáscara suave”. Además, permitirle participar en la preparación de recetas genera un vínculo positivo con la comida.

4. Permitir que Juegue con los Alimentos

Antes de aceptar un alimento, los niños necesitan explorarlo. Permitir que lo toquen, lo huelan e incluso jueguen con él sin obligarlos a probarlo les ayuda a familiarizarse con su textura y apariencia. Este proceso de exploración libre es clave para que, eventualmente, lo integren en su dieta sin presión.

5. Realizar Juegos Sensoriales con Alimentos

Los juegos sensoriales son una excelente estrategia para ayudar a los niños a familiarizarse con distintas texturas y consistencias. Actividades como separar alimentos duros de los suaves o usar frases divertidas como “Cuando como una zanahoria, uso mis dientes como un dinosaurio” pueden hacer que la experiencia sea positiva. Esto prepara al cuerpo para saber cómo procesar los alimentos y reduce la resistencia a probarlos.

Conclusión

La alimentación infantil debe ser un proceso basado en la confianza y el respeto si queremos mejorar la relación de los niños con la comida. Al aplicar estos cinco tips, estarás fomentando una relación saludable con la comida en tu hijo y ayudándolo a desarrollar una actitud positiva hacia los alimentos. Recuerda que el cambio es gradual y que la paciencia es clave en este proceso.

¡Recuerda que tu apoyo y comprensión harán la diferencia! 

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