Desde los primeros años de vida, los peques inician un viaje de descubrimientos y desarrollo. Sin embargo, este viaje no está exento de desafíos, y uno de los aspectos más intrínsecos del crecimiento infantil es la manifestación de miedos.

Los miedos son una respuesta natural y adaptativa que surge de la interacción entre la biología, la cognición y el entorno del niño. A lo largo de su infancia, es común que los pequeños enfrenten temores que, aunque parezcan irracionales para los adultos, son completamente normales en su proceso de maduración. A continuación, te explicamos más sobre estos miedos típicos, su origen, su función evolutiva y cómo los adultos pueden apoyar a los niños de manera efectiva.

Miedo a la separación

  • Origen: Surge del temor a perder el apoyo y la seguridad de los padres o cuidadores primarios.
  • Función evolutiva: Fortalece el apego, contribuyendo al desarrollo emocional saludable.
  • Cómo ayudarlos: Fomentar gradualmente la independencia, establecer despedidas predecibles y tranquilizar al niño sobre su regreso.

Miedo a criaturas imaginarias y monstruos:

  • Origen: La imaginación de los peques puede crear seres aterradores influenciados por cuentos o películas.
  • Función evolutiva: Desarrolla la capacidad cognitiva del niño para diferenciar entre fantasía y realidad.
  • Cómo ayudarlos: Validar sus sentimientos, mostrar que comprendes que son imaginarios y promover la separación entre realidad y ficción.

Miedo a extraños:

  • Origen: Resulta de la preferencia natural por la familiaridad y la desconfianza inicial hacia desconocidos.
  • Función evolutiva: Protege al niño evitando interacciones potencialmente peligrosas con personas no familiares.
  • Cómo ayudarlos: Permitir que el niño se adapte a su propio ritmo a nuevas personas, animando a observar antes de participar activamente.

Miedo a la oscuridad:

  • Origen: Surge de la incapacidad de ver claramente en la oscuridad, lo que aumenta la imaginación y los temores a lo desconocido.
  • Función evolutiva: Ha tenido una función protectora, ayudando a evitar situaciones peligrosas en entornos oscuros.
  • Cómo ayudarlos: Proporcionar una luz tenue o un objeto reconfortante, hablar sobre la noche y promover rutinas relajantes antes de dormir.

Miedo a ser abandonados:

  • Origen: Surge de la dependencia emocional del niño hacia los cuidadores, siendo parte del proceso natural de apego.
  • Función evolutiva: Refuerza el vínculo emocional con los padres o cuidadores, fomentando la seguridad y el cuidado parental.
  • Cómo ayudarlos: Fomentar la seguridad emocional, establecer rutinas predecibles y explicar ausencias temporales de manera comprensible.

¿Qué miedos podrían ser una señal de alerta?

Miedo excesivo a situaciones cotidianas:

  • Ejemplo: Miedo extremo al agua durante los baños o temor intenso a actividades sociales con sus pares.
  • Señal de alerta: Si el miedo es desproporcionado o interfiere significativamente con las actividades diarias, podría ser necesario buscar asesoramiento profesional.

Miedo al colegio:

  • Ejemplo: Resistencia extrema a ir a la escuela, acompañada de ansiedad intensa y malestar físico como dolores de cabeza o de estómago.
  • Señal de alerta: La fobia escolar puede indicar problemas emocionales o sociales más profundos que requieren intervención profesional.

Miedo a la comida:

  • Ejemplo: Rechazo persistente de ciertos alimentos o texturas.
  • Señal de alerta: Si la selectividad alimentaria afecta el crecimiento o la salud del niño, podría ser necesario buscar la orientación de un profesional de la salud.

Miedo excesivo a la separación en niños mayores (7 años en adelante):

  • Ejemplo: Miedo extremo a separarse de los padres o cuidadores en edades donde se espera más independencia.
  • Señal de alerta: Puede indicar ansiedad que requiere atención de un profesional de la salud mental.

Miedo a la pérdida de un ser querido o a eventos catastróficos:

  • Ejemplo: Preocupación constante y desproporcionada por la posibilidad de perder a un ser querido o enfrentar eventos catastróficos.
  • Señal de alerta: Este tipo de miedo constante puede requerir intervención profesional, ya que puede afectar negativamente el bienestar emocional del niño.

Es fundamental comprender que cada niño es único y experimenta miedos de manera individual. Aunque es natural que haya variaciones en estos temores, algunos podrían señalar problemas más complejos o no ajustarse al desarrollo típico. Si notas que tu hijo manifiesta miedos inusuales con una intensidad notable, te recordamos que en Understanding Kids ofrecemos servicios de terapia psicológica, donde podemos abordar y trabajar estos aspectos específicos para promover su bienestar emocional.

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